domingo, 18 de marzo de 2012


 
(Un parrafo extraido del libro "LA HISTORIA DE FELIPE" publicado por la Editorial Horizonte de Sao Pablo,  Brasil)

                    El único lugar en el que él se sentía seguro era en la casa de su abuela, “abuelita mami” como la llamaban todos sus nietos.
     Era el lugar más bonito que jamás había visto, una casa llena de plantas, de pájaros que él iba incrementando, en eso se gastaba el dinero que a veces sus padres le      daban, su tía, hermana de su madre, que en esos momentos era solterona, y allí vivía, se enojaba muchísimo cada vez que Felipe aparecía con algún animal, pero su abuela, no se como hacia para convencerla y algún lugar le encontraba, nunca los rechazó, de ahí debe nacer su amor por ellos.
     Fuera de esto, jugaban a varios juegos de mesa, al ludo, a las cartas , mientras se llenaba la panza comiendo caramelos.

                                                  Era feliz a su modo, en ese mundo creado por él, hasta que salía a la calle y se juntaba con los chicos del barrio, eran buenos pero de familia adinerada, pues la casa de su abuela al ser la más antigua, había quedado ubicada en unos de los barrios más lindos de la ciudad, con nuevas y modernas construcciones, dónde los chicos vivían  justamente en ellas.

                                        Todo iba bien hasta que llegaba la hora que debían prepararse para estudiar inglés o algún club de la alta sociedad en dónde él, quedaba totalmente fuera de programa.-
   Esto se puede decir que fue su segunda desilusión.

                                              De todos modos, la casa de su abuela era su refugio, la veía tan grande o quizás las cosas estaban tan bien distribuidas, que parecía que le sobraba espacio.-
     En el fondo habia un gallinero con unas 10 gallinas y varias palomas; a un costado una pecera, cuyo tamaño era de aproximadamente de una bañadera, llena de peces de colores, dos jaulones inmensos contra la pared con jilgueros, una pareja de teros llamados Juanita y Pedrito, que su abuela al llamarlos acudían a ella, y una jaula con tres compartimientos dónde habían un cardenal, dos cotorras y varios canarios.
     Y por supuesto no podia faltar una perrita del tipo fox terrier, sumamente inquieta y nerviosa

                                            Durante la noche lo hacían dormir en un catre que estaba en el comedor, el silencio era sepulcral, solo se escucha el tic tac de un reloj, dónde salía un pajarito de su casa haciendo un sonido horrible dando de esa manera la hora.
   Parecía que a medida que pasaban los minutos, el sonido era cada vez más intenso, y no lo dejaba dormir.
   No se porque tenía tanto miedo por las noches y frío, por lo que en dos o tres oportunidades justamente por miedo a levantarse se orinó encima, nunca contó a nadie el porque, a pesar que su Tía le reprochaba el haber mojado toda la cama, su abuela como siempre salía en su defensa.
    Pero al amanecer, todo cambiaba, el canto de los pájaros, hacia que toda la casa se iluminara y al ver a su abuela en la cocina  y saludarlo con su dulce sonrisa todo sus miedos y preocupaciones propias de la edad se apagaban enseguida.
 
                                            Otras de las cosas que tenia la casa era en centro del patio, un árbol de damascos el cual trepaba con su primo Antonio, cuando venia de visitas, pasando gran parte del tiempo allá arriba, su otro primo menor a ellos que le había dado parálisis infantil, tenia las dos piernas paralizadas, llamado Oscar, también participaba de sus juegos.
    Una vez lo ataron con una soga y lo subieron al árbol, cuando los vieron a los tres allá arriba, su madre casi se muere del susto, pues nunca se imaginó que su hijo que apenas podía movilizarse, se encontrara arriba de un árbol.
   Eran los tres contra toda la familia, a dónde ellos se metían, allí estaba él.

                                        Antonio se destacaba por tener una imaginación increíble, todos sus juegos y juguetes tenían su firma, hay que reconocer que a veces se pasaban de vueltas y los tenían que separar por un par de horas.-
           El, se sentía identificado con James Bond y gustaba de todos los trucos que tenia para salir ileso de todo, sin que le pasara nada; una vez había mezclado unos polvos para fabricar pólvora, realmente el olor era igual, pero nunca llegó a encender, claro, abandonaron el intento después de haber gastado una caja de fósforos.

                                    Antonio vivía en Villa Mercedes, en la Provincia de San Luis, por lo que era muy poco el tiempo que estaban juntos, solo en las vacaciones del colegio, dónde o Felipe viajaba para su casa o él venía a Mendoza con su familia.

                                       En esa época ninguno de los dos eran unos santos,  pero las mayoría de las cosas que aprendió, se las debía a él, lo único que su tía Emma, su madre, estaba convencida que todas las travesuras que hacían eran por su culpa, pues era Felipe el que los inculcaba a realizarlas, eso le dolía un poco, pero así como pasaban, así de rápido su tía se olvidaba, creo que fue la tía que más quiso y nunca se lo pudo decir.

                                         Luego llego el asfalto, el gallinero se convirtió en una habitación de servicio, la pecera desapareció, los jaulones también y la casa de su abuela dejo de ser lo que era.
    Lo único que se conservó hasta el final, fue la jaula con los tres compartimientos que hoy, según la decisión de toda la familia heredó, eso hace que al mirarla, recuerde todo eso como uno de los sueños más hermosos que un niño puede tener.




                                                                                                                    ECLIPSE
                                                                                                                 

3 comentarios:

  1. O Caminho da Vida

    O caminho da vida pode ser o da liberdade e da beleza, porém nos extraviamos.

    A cobiça envenou a alma dos homens... levantou no mundo as muralhas do ódios... e tem-nos feito marchar a passo de ganso para a miséria e morticínios.

    Criamos a época da velocidade, mas nos sentimos enclausurados dentro dela. A máquina, que produz abundância, tem-nos deixado em penúria.

    Nossos conhecimentos fizeram-nos céticos; nossa inteligência, empedernidos e cruéis. Pensamos em demasia e sentimos bem pouco.

    Mais do que de máquinas, precisamos de humanidade. Mais do que de inteligência, precisamos de afeição e doçura. Sem essas virtudes, a vida será de violência e tudo será perdido.

    (O Último discurso, do filme O Grande Ditador)
    Charles Chaplin

    Ainda bem que voce optou por nos presentear com VIRTUDES.... A sua alma de escritor que nos leva a viajar com suas hitorias.

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  2. Malbec, menos mal que mi EGO a medida que pasan los años va quedando cada vez mas pequeño y espero que algún día desaparezca ya que sus palabras me elevan a un lugar que todavía no e alcanzado.- OBRIGADO

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