martes, 3 de abril de 2012



DE VISITA AL CEMENTERIO


   Este relato quizás para algunos les resulte cómico y a otros de un humor negro de todos modos sucedió y se los voy a contar.

 Mi madre que ya cuenta con sus 94 años y una memoria privilegiada,  me invitó para que la acompañara al Cementerio de la Capital.

 Cuando le dije que sí y a que hora quería ir me dijo: no muy temprano, que  alrededor de las 10:00 h. estaría bien.
 Como yo estoy de vacaciones me dije que bueno, me levanto alrededor de las 9:00 h me doy una ducha y a las 10:00 h estoy listo para salir con tan bella dama.-

 Mi Madre se acostó tan feliz de nuestra cita que se levantó a las 7:00 h de la mañana y no quiso volver a la cama por el temor de quedarse dormida, se puso a preparar su desayuno, cuando se le ocurrió encender el televisor para que el tiempo pasara mas rápido, solo que como es un poco sorda levanto tanto el volumen que nos despertó a todos y no teniendo mas remedio nos levantarnos quedándonos con ella para hacerle compañía.

 Ya cerca de las 10:00 h pedimos un taxi para que nos llevara, ella estaba elegantísima, con un collar de perlas negras, sus lentes para el sol y su bastón con empuñadura de plata, regalo de unos de sus nietos, no quiso colocarse el audífono porque dice que le molesta, me parece que fue porque desentonaba con el color de sus zapatos.-

 Cuando llegamos el taxi nos dejó por pedido de mi Madre por una calle que divide al  cementerio  no siendo esta la entrada principal.

 Al entrar lo encontró sumamente cambiado y mucho mejor organizado y limpio. Por una ordenanza Municipal ya hace varios años no se entierra mas a nadie en ese lugar, a pesar que existe en donde está enterrada mi Abuela un lugar para sus hijos/as,  solo que cuando la prepararon (a la tumba)  para tal fin se olvidaron de las esposas y esposos de los difuntos, que también iban falleciendo, dándose cuenta de ello cuando las cuñadas aun vivas, pegaron el grito en el cielo cuando intentaron colocarlas ahí junto a sus esposos, aquí no hay lugar para ellas/os dijeron, teniendo que intervenir los hijos y ahí en ves de descansar en Paz terminaron todos peleados, dando como resultado que mi pobre Abuela terminara casi sola y la familia mas desparramada que si hubiese pasado un huracán.


  De todos modos mi Madre, en primer lugar ya se gano su lugar en el cielo y en la tierra es propietaria de 1 (un) metro cuadrado de tierra, de la cual no tengo ninguna intención de heredar, en un Parque Jardín (así se llaman ahora) en las afueras de la Ciudad,  donde descansaran sus restos bajo un arbolito como ella quiere, y que según como me lo describió pues no quise ir por el momento a verlo, ya voy a tener tiempo, como un lugar muy hermoso, lejos de los típicos Cementerios que parecen ciudades donde a pesar que ahí están sus muertos todavía consiguen despertar la envidia de algunos vivos con sus majestuosos mausoleos o decir entre líneas lo poderosos que fueron cuando vivían, despertando la ira y rabia de algún acreedor,  alguien dijo: “ Para que quiero ir envuelto en oro, si no tendré para el regreso”. En fin así es la muerte.-

 Caminamos por su calle principal de adoquines, donde mi madre encontraba mucha dificultad para caminar, debiendo hacerlo muy lentamente, de todos modos no había ninguna prisa para llegar a la tumba, de los que íbamos a visitar. A  cada 25 m salían angostos senderos laterales entre medio de las miles de tumbas que allí se encontraban, hasta que llegamos a un paredón de unos 4 m de altura donde también se colocan a los muertos en vez de ser enterrados, totalmente abandonado y sucio,   fue ahí nuestra primera escala, dejamos flores, mi madre quedo emocionada, mientras yo pensaba en una de las rimas de Bécquer donde en unas de ellas dice, Dios mío, que solo se quedan los muertos, creo que después de tantos años entendí por fin esas palabras.

  Regresamos por el mismo sendero lateral hasta encontrar la calle principal, mi madre a cada momento me preguntaba la hora, pues tenían miedo que cerraran el Cementerio a pesar que era medio día y nos dejaran encerrados.

  Continuamos caminando por la calle principal para ir buscando la salida, que se veía a unos 200 m ya que se alcanzaban a ver los autos pasar. Después de andar algunos metros siempre custodiados por los enormes mausoleos que iban quedando a nuestras espaldas, llegamos a la tumba donde se encontraba mi Abuela acompañada por su esposo mi Abuelo y una Tía hermana de mi Madre que murió muy joven y que justamente se encontraba allí por no haber tenido tiempo de casarse, menos mal, sino mi mamá hubiese sido de Padres desconocidos y mi Abuela soltera.-

  Le dejamos unas flores y continuamos con la excursión, nos quedaban 150 m todavía hasta la salida, que en realidad es la Entrada principal ya que nosotros lo hicimos como les dije por una calle de atrás, cuando a mi madre le vinieron deseos de orinar, consultamos a unos de los cuidadores y nos dijo que el baño se encontraba al lado de la entrada  del cementerio.
Su rostro comenzó a cambiar de expresión, Ay!! decía, no voy a llegar, eso comenzó a preocuparme, llevarla en mis brazos no podía porque es media gordita, cuando se le ocurrió la idea de hacerlo detrás de un mausoleo, pero no uno cualquiera, ya que si lo hacia, tenía que ser uno de la alta alcurnia, no era cuestión de caer tan bajo. Me imaginé el escenario y tuve que contener la risa para no contagiarla y empeorar mas la situación.-

  Entonces como si sus ganas fuera mayor que su deseos comenzó a caminar mas ligero y así llegamos a la entrada; solicitamos la llave del baño al recepcionista, un hombre alto y delgado con cara de pocos amigos,  parecía que lo habían elegido no solo por su carácter, sino por su figura, para que de esa manera  no desentonara con el Cementerio. 

  A los pocos minutos mi Madre salió con una amplia sonrisa de satisfacción, pero en vez de dirigirse hacia la salida y como quien no quiere la cosa caminó unos metros hacia el lado opuesto y sin querer, eso lo que me dio a entender, se encontró con la tumba del que había sido su primer amor, muerto allá por el año 1933 a los 18 años cuando ella tenia solo 15 años de una enfermedad de la que hoy tendría cura. 

Y siendo así quizás yo no hubiese nacido y ustedes se hubiesen perdido de este relato.-

  
                                                                                                                                                                                                                                        

                                                                                         CESO


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